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El sofá de IKEA: una historia real de despropósito logístico

¿Qué pasa cuando haces una compra importante con IKEA y absolutamente todo sale mal?

Lo que te voy a contar es el relato real de cómo IKEA convirtió algo tan simple como comprar un sofá en una odisea de meses, errores, llamadas, frustraciones, desgaste mental y una logística digna de una película de los Hermanos Marx.

Spoiler: el sofá terminó siendo gratis. Pero eso no compensa nada.

Pedido con trampa: el sofá que no podías usar

El 30 de abril de 2025 hicimos un pedido en IKEA: un sofá KIBIK de tres plazas con chaise longue, en un verde oscuro precioso. Hasta ahí, todo bien. Pero al cerrar la compra, vimos que IKEA nos lo entregaría en dos partes: Primero la estructura del sofá, y después (cinco semanas después), la funda.

Nos pareció absurdo, pero aun así decidimos avanzar, ya que sabíamos que IKEA no suele destacar por su puntualidad (ya habíamos tenido traumas previos en Portugal).

Lo lógico habría sido que esperaran a tener todo el conjunto y lo enviaran completo. ¿De qué sirve que me llegue el esqueleto del sofá si no lo puedo usar?

Aquí ya se vulnera el primer derecho del consumidor: según el artículo 66 bis de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, si compras online, tienes derecho a recibir el producto completo en un plazo máximo de 30 días naturales, salvo pacto en contrario. No era nuestro caso.

Sentada en una silla, rodeada de cajas

El 12 de mayo de 2025 llegó la estructura del sofá y ahí se quedaron las cajas gigantes bloqueando medio salón mientras yo me sentaba en una silla, porque el sofá viejo lo había regalado al mudarme. IKEA me dejó sin sofá durante semanas.

En teoría, la funda llegaría el 9 de junio. Ya nos habíamos resignado a esperar un mes para tener algo tan básico como un sofá en casa. Todo por culpa de una empresa incapaz de coordinar una entrega razonable.

La estafa de los puntos promocionales

Como si no fuera suficiente, IKEA tenía activa una promoción en ese momento: si hacías una compra, te daban puntos que podías usar en futuros pedidos.

Nos dijeron que esos puntos se cargarían en la cuenta 48 horas después de la entrega del sofá; es decir, luego de que entregaran la estructura del sofá ya que era la parte del pedido más grande. Otra mentira.

Pasaron las 48 horas, no hubo puntos. Pasamos dos semanas llamando y haciendo reclamaciones hasta que finalmente nos dijeron que los puntos solo estarían disponibles luego de que se entregara la funda.

Estuvimos dos meses sin comprar muebles esenciales esperando esos puntos: escritorio, mesa del sofá, mesa de la televisión. Al final, terminamos comprando todo en Amazon y mucho más barato y de mejor calidad.

La funda perdida y el pedido fantasma

Llegó el 9 de junio, y la funda no apareció.

Llamamos. IKEA no tenía ni idea de dónde estaba ya que desde que ellos hacían la solicitud de la funda, no sabían nada de su paradero hasta que efectivamente le llegaba al cliente.

No podían rastrear el paquete, no podían contactar con el transportista, no podían darnos ninguna información. ¿Cómo es posible que una empresa multinacional no sepa dónde está su propio pedido?

Nos dijeron que esperáramos 48 horas más. Lo hicimos. Volvimos a llamar. Excusas. Más espera.

Finalmente, el viernes 14 de junio decidimos pedir la devolución del dinero ya que no queríamos el sofá. Ya nos habían hecho perder demasiado tiempo.

Nos dijeron que recogerían el sofá y que el reembolso se haría una vez regresara al almacén. Pero otra sorpresa: el reembolso se hizo antes, el 18 de junio, aunque el sofá seguía en nuestra casa.

La entrega fantasma y la panadera imaginaria

En cuanto a la funda, le habíamos especificado a la persona de atención al cliente que nos íbamos a Islandia del 18 de junio al 1 de julio, por lo que debían bloquear la entrega del producto. Nos dijeron que no podían cancelar la entrega, pero que se devolvería al almacén en cuanto no pudieran hacer la entrega y el dinero se reembolsaría en automático.

Estando en Islandia nos llega una notificación de que habían entregado la funda. Contacté con IKEA por Instagram y les recordé la ley: “Una entrega no es válida si no la recibe el consumidor o alguien autorizado” (art. 66 bis LGDCU). Tampoco pueden “dejarla por ahí” y considerar que cumplieron.

Afortunadamente, el equipo de redes sociales fue el único competente de todo este proceso y el reembolso de la funda se hizo efectivo el 21 de junio.

El sofá valía tan poco que ni lo vinieron a buscar

Programamos la recogida del sofá para el 7 de julio, justo al volver de Islandia. Eso sí, IKEA te hace quedarte en casa de 8 de la mañana a 8 de la noche ya que tampoco saben a qué hora va a pasar el transportista.

Ese día tuvimos que cambiar los planes por lo que no pudimos estar en casa. Me imaginé que llamarían para reprogramar la recogida.

Lo más impactante es que no fueron a recoger el sofá ni se molestaron en avisar que no pasarían a recogerlo, una completa falta de respeto al cliente.

El sofá que ya no queríamos salió gratis

Justo cuando ya pensábamos que el episodio estaba cerrado, pasó lo más inesperado. Mientras pensábamos en qué hacer con las cajas del sofá, apareció una persona con la funda del sofá ya que la habían entregado en otra casa.

Ya teníamos el sofá, ya teníamos la funda, ya habíamos recibido el reembolso. Así que decidimos montarlo y quedárnoslo ya que tenía meses sin sofá y no quería seguir con las cajas estorbando en el medio del salón.

Aun así, que el sofá haya salido gratis al final, no compensa ni el desgaste psicológico ni el tiempo perdido.

Comprar en IKEA puede parecer fácil, barato y conveniente. Hasta que algo sale mal. Y cuando sale mal, te das cuenta de que estás solo.

Derechos que IKEA vulneró:

  • Entrega incompleta y fuera de plazo (Art. 66 bis LGDCU)
  • Publicidad engañosa en promociones (Art. 20 LCGC, Art. 61 LGDCU)
  • Falta de trazabilidad (Art. 60 LGDCU)
  • Entrega inválida (no autorizada, fuera del domicilio, sin firma)
  • No recogida del producto tras reembolso aceptado
  • Daños y perjuicios por incumplimiento contractual (Art. 1101 Código Civil)

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