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Nuestras desgracias desde que llegamos a Porto y cómo el destino nos decía que no debíamos mudarnos a Portugal

Hola a todos,

En este post les voy a contar cada una de las señales que el destino nos envió para que no nos mudáramos a Portugal y todas las desgracias que nos ocurrieron desde que nos mudamos a Porto.

Ya les he contado más o menos en posts anteriores, pero quería hacer esta lista en la que iré agregando las futuras desgracias. Espero que no sean muchas.

En marzo de 2021 nos habíamos ido a Madeira motivados por la maravillosa publicidad que había sobre la isla. Íbamos con la idea de vivir durante varios meses y como una posible futura residencia, y en 4 días ya estábamos completamente decepcionados.

Volamos a Faro ya que, si salíamos de Portugal, debíamos hacer prueba de Covid.

El recorrido por Portugal terminó en Porto, dónde pasamos una semana en junio para celebrar mi cumpleaños.

Estando en Porto, a Diego se le puso el ojo rojo por lo que, llegando a Valencia, tuvimos que ir a urgencias. Tenía un pedazo de metal clavado en el ojo.

Esa fue la primera señal que nos dio el destino.

Desde que terminó la pandemia, los viajes que hacíamos eran para experimentar como se vivía en los lugares ya que estábamos buscando un buen país para emigrar.

Luego de estar 6 meses recorriendo Latinoamérica, decidimos regresar a Europa y comenzar a buscar casas en Porto ya que era la ciudad de Portugal que más nos había gustado.

Un factor importante era que equivocadamente creíamos que no íbamos a pagar impuestos por 10 años.

Hicimos un viaje a Porto a ver casas en verano de 2022.

La primera tarde en la ciudad vimos como una gaviota mataba a una paloma y se la comía.

Esta fue la segunda señal que nos dio el destino.

Al día siguiente, cuando estábamos en la fila para pedir el NIF de no residentes, una paloma o una gaviota me hizo pupú encima. Ustedes no se imaginan la cantidad de excremento que me cayó encima.

Esta fue la tercera señal que nos dio el destino.

A partir de allí, cuando decidimos comprar la casa, debimos echarnos para atrás cuando el solicitador se equivocó ya por tercera vez haciendo el contrato de promesa de compraventa.

Lo que ha venido a partir de ese maldito momento en el que decidimos comprar ésa casa, han sido solo desgracias:

  • Diego se cayó en el Parque Oriental a los pocos días de haber comprado la casa y estuvo varias semanas con el pie hinchado. El dedo gordo de su pie nunca volvió a flexionarse.
  • Descubrimos que nos habían estafado y que la casa era ilegal.
  • Paulo Correia nos estafó con la obra del baño. Dicha reforma sigue dando problemas dos años después.
  • Otro tipo que debía arreglar el desastre de Paulo Correia, hizo el trabajo peor y nos robó el dinero.
  • El solicitador João Valente, quién es el primer responsable de la venta ilegal de la casa, nos denunció ante el juzgado de paz por difamación y nos robó 1000 euros más gracias a una jueza corrupta.
  • Diego se cayó por las escaleras en la casa.
  • Diego pateó por error una caja que estaba en el suelo y se partió el dedo meñique.
  • A Diego lo mordió un perro cuando fuimos a hacer senderismo.
  • Nicolas Scavone, a quién habíamos contratado para hacer otros trabajos en la casa, también nos estafó.
  • La abogada de Jaime Roriz a la que había contratado para denunciar a los que me estafaron en la venta de la casa, me hizo perder un año y mil euros. Además, perdí la denuncia del Juzgado de Paz ya que me asesoró mal.
  • Intentamos comprar un carro usado en Rocha Automóveis y nos estafaron. Nos robaron 1000 euros.
  • El arquitecto que nos tenía que hacer la legalización de la casa nos estafó. Nos robó 1230 euros.
  • Se rompió una tubería del bidet y fueron 400 euros.
  • Luego de ir a hacer una clase de surf, Diego se lesionó y estuvo 2 semanas sin poder hacer deporte.

Esto sin contar los múltiples problemas que habíamos tenido y seguíamos teniendo con la casa.

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