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Compramos casa en Ourense: Limpiamos y comenzamos a decorar

Hola a todos,

Cuando decidimos comprar nuestra nueva casa, nunca imaginé que me enfrentaría a un reto tan grande de limpieza. No se trataba solo de organizar muebles o escoger colores para las paredes, sino de algo mucho más básico: poner la casa en condiciones para habitarla.

Los primeros fines de semana fueron una mezcla de emoción, frustración y una gran dosis de trabajo físico. Aquí les cuento cómo ha sido este proceso, desde el caos de la suciedad hasta los pequeños logros que nos mantienen motivados para seguir adelante.

Aquí les dejo los otros artículos sobre la compra de la casa:

Limpieza hasta el agotamiento

Desde que firmamos la compra de la casa, mi plan era sencillo: limpiar todo el viernes, pintar y decorar el sábado. Pero lo que encontré no fue nada como lo que imaginaba. Cuando llegamos a la casa, el nivel de suciedad era tan extremo que la limpieza se alargó mucho más de lo que tenía planeado.

Nos enteramos de que los anteriores dueños tenían dos gatos y un perro, lo que explicaba la tremenda cantidad de mugre. La limpieza fue tan exhaustiva que nos quedamos hasta las 2 de la mañana el primer día. Y eso solo fue lo básico: cocina, baño y dormitorio. Las ventanas, la puerta de entrada y el garaje quedaron para el siguiente fin de semana.

El segundo día movimos la librería y el armario para organizar los ambientes como yo tenía pensado.

Decidimos empezar por las ventanas, que imaginábamos serían rápidas de limpiar. Pero no fue así. Cada ventana nos llevó más de tres horas, entre limpiar los restos de obra, pelos, telarañas, la tierra acumulada y los escombros pegados a los marcos. Lo mismo ocurrió con la terraza: un trabajo interminable de limpieza con cepillo, lejía y vapor a presión.

Aunque no logramos terminar todo, sí avanzamos considerablemente.

El segundo fin de semana pusimos nuevas lámparas en la cocina, montamos algunos muebles, y comenzamos con los retoques de pintura. Pero lo más importante fue que comenzamos a ver que la casa, por fin, estaba empezando a parecerse a la que imaginábamos.

Nos dimos cuenta de que el trabajo no solo era de limpieza, sino de muchas pequeñas reparaciones. Tuvimos que colocar silicona en las paredes para evitar filtraciones de agua, poner burletes en las puertas para mejorar el aislamiento, colocar cemento y masilla en huecos y espacios donde hacía falta. Todas las ventanas estaban mal instaladas ya que faltaba colocar masilla, o silicona, o burletes, y mejorar el aislamiento.

También intentamos limpiar el garaje, pero la manguera no funcionaba bien, por lo que esa tarea quedó pendiente para más adelante.

Cada fin de semana parecía tener más detalles que corregir, pero también nos dábamos cuenta de que todo eso formaba parte del proceso de hacer la casa nuestra.

También comencé a pintar la cocina.

La limpieza y ajustes de la puerta de entrada nos llevó una mañana entera.

También colocamos papel espejo en 2 ventanas.

Tomándonos un respiro: el equilibrio entre trabajo y descanso

Después de un primer fin de semana agotador, el segundo fue más calmado. Decidimos no exigirnos tanto, ya que necesitábamos reponer fuerzas para la vuelta a Porto. Además, entre limpiar la casa y nuestra vida cotidiana, que también requiere tiempo y atención (limpiar nuestro hogar en Porto, mantener el jardín, ir al gimnasio…), el cansancio comenzó a pasar factura.

El segundo fin de semana fue más relajado, aunque seguimos avanzando en la decoración y reparación de pequeños detalles. La clave fue encontrar el balance entre trabajo y descanso, porque sabíamos que esto no era una carrera, sino un proceso que requeriría tiempo y paciencia.

El tercer fin de semana nos fuimos un viernes en la mañana ya que venían a instalar el internet.

Ese día terminé de pintar la cocina y comencé con lo poco que había por pintar en el resto de la casa. Ya el domingo habíamos terminado con lo que correspondía a la pintura verde de las paredes.

Como los antiguos propietarios habían hecho todo mal y habían pintado sobre los marcos de las ventanas, el proceso de pintar alrededor de las ventanas fue más complicado ya que debíamos raspar y limpiar todos los marcos para luego poder colocar la cinta protectora y finalmente pintar.

Pinté también con pintura epoxi los bordes de las ventanas y las barandas. Con la misma pintura epoxi pinté las escaleras de piedra de la parte interior de la casa.

También tenía planeado pintar la fachada, pero no nos dio tiempo.

Los vecinos nos prestaron un aparato con el que rociamos lejía por toda la parte exterior de la casa que tenía musgo y por el interior del garaje. Al día siguiente, nos prestaron otro aparato para limpiar con agua a presión con el que conseguimos quitar casi todo el musgo.

Como los antiguos propietarios no le habían dado ningún tipo de cuidado a esta casa, la excesiva cantidad de musgo que había no se iba a ir con una sola sesión de limpieza. También compré un producto anti musgo que aplicaría el siguiente fin de semana.  

Limpiamos el garaje y fue una experiencia asquerosa. Como los antiguos propietarios tenían un perro encerrado todo el día sin siquiera abrir la puerta del garaje, aquello era un espectáculo dantesco de orine y kilos de pelo.

Nuevamente gracias a la ayuda de los vecinos, conseguimos desmontar un barril enorme de vino que era la casa de aquel pobre perro. No podíamos darle ningún uso ya que estaba putrefacto de orine de perro.

También limpiamos a fondo la lavadora que, a pesar de tener solo 9 meses, estaba en un estado deplorable.

Sacamos todos los muebles en mal estado que no íbamos a usar y los dejamos en la puerta del garaje para que el ayuntamiento pasara a llevárselos.

Finalmente, el domingo antes de regresar a Porto, colocamos enchufes inteligentes a las estufas y al calentador de agua, colocamos una bombilla inteligente en el baño y otra en la lámpara encima de la cama, y colocamos una cámara de seguridad.

Este fin de semana también pedimos presupuesto a un carpintero para 2 puertas.

Reformar una casa es un trabajo arduo, pero también gratificante. Cada pequeño avance es una victoria. Aunque todavía nos quedan muchos fines de semana por delante, sabemos que pronto tendremos nuestra casa perfecta.

Les seguiré contando cómo sigue esta historia.

Así quedó la casa luego de 3 fines de semana de trabajo:

A continuación, les dejo los enlaces a mi canal de YouTube:

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