Hola a todos,
Vivir en una aldea puede ser una experiencia maravillosa, pero, como en todo entorno rural, a veces las deficiencias en los servicios públicos pueden hacer la vida cotidiana más difícil de lo necesario.
Aquí tienen la primera parte de este post:
En esta ocasión, quiero compartir cuatro reclamaciones que he presentado para mejorar diversas situaciones en la aldea donde resido, y que afectan tanto a la seguridad como a la salubridad de los vecinos. Si bien estos problemas no son exclusivos de mi aldea, la falta de respuesta y acción por parte de las administraciones locales nos obliga a alzar la voz.
El asfaltado en mal estado
Otro problema que he denunciado ante la Diputación de Ourense es el estado del asfaltado de los viales en mi aldea. El asfalto fue colocado de forma deficiente, lo que genera una inclinación inadecuada frente a la entrada de mi garaje.
Esta pendiente provoca que el agua sucia de la zona, sobre todo aquella proveniente del lavado de maquinaria y los excrementos de los animales, se acumule en la puerta de mi hogar, llegando incluso a entrar en el cuarto de las tomas de agua, gas y electricidad. Este riesgo para la salubridad de la vivienda y la seguridad de los vecinos es completamente inaceptable, sobre todo cuando la aldea se encuentra en una zona protegida y debería ser tratada con mayor cuidado en términos de infraestructuras.

La fuente patrimonial abandonada
Una fuente tradicional que lleva años averiada. Esta fuente, que forma parte del patrimonio cultural de la aldea, está en completo abandono. Un tubo provisional y mal instalado ha sustituido el sistema de canalización original, pero no se ha llevado a cabo ninguna reparación.
Es una situación frustrante, especialmente cuando los vecinos tenemos que cumplir con estrictas normativas urbanísticas y de conservación del patrimonio, mientras que la administración parece ignorar su responsabilidad sobre los bienes públicos. He solicitado la inmediata restauración y reparación de la fuente, garantizando que se respeten tanto su funcionalidad como su valor histórico.


Falta de limpieza y mantenimiento en la zona rural
La limpieza viaria y la recogida de residuos en nuestra aldea es inexistente. Desde que llegué, no he visto ningún tipo de servicio de limpieza regular ni barrido de calles, lo que provoca que sean los vecinos quienes tengan que limpiar las calles y controlar la vegetación.
Esto es especialmente grave cuando, además, estamos sujetos a las mismas tasas que los residentes urbanos, pero sin disfrutar de los mismos servicios.
La falta de papeleras, contenedores de reciclaje y puntos limpios agrava aún más la situación, lo que lleva a que el entorno se convierta en un espacio desordenado y poco saludable. La solicitud de intervención de la Diputación para que actúe como intermediario ante el Concello de Cenlle es fundamental para garantizar que se presten los servicios básicos a los habitantes de las zonas rurales.
El estacionamiento indebido: obstrucción y desorden
Por último, uno de los problemas más recientes que hemos tenido es el estacionamiento indebido de vehículos en una de las principales vías de la aldea, lo que bloquea el acceso a propiedades y garajes.
La falta de señalización sobre las normas de estacionamiento y la ausencia de medidas para regular la situación han generado caos. A pesar de las numerosas quejas de los vecinos, las autoridades locales no han tomado cartas en el asunto. Por eso, he solicitado que se instalen señales adecuadas, se fiscalice el cumplimiento de la normativa y se tomen medidas para garantizar la seguridad y el orden en la zona.
Estas denuncias no solo son un reflejo de la falta de atención por parte del Concello de Cenlle, sino también de la necesidad de una intervención más activa de las instituciones para asegurar que las aldeas y zonas rurales reciban los mismos servicios y derechos que cualquier otra área urbana.
Desde la falta de infraestructura adecuada hasta el abandono de elementos patrimoniales, los problemas son muchos y afectan de manera directa a la calidad de vida de los vecinos.
Espero que estas acciones, una vez resueltas, no solo mejoren nuestra aldea, sino que también sirvan de ejemplo para otras zonas rurales en Galicia y más allá. Al final del día, todos merecemos vivir en un entorno seguro, limpio y digno, independientemente de si vivimos en una ciudad o en una aldea.