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El composite exprés que arruinó mis vacaciones

Hola a todos,

Hoy les cuento otra historia desastrosa con una dentista incompetente que me traumatizó y me puso mal un composite.

El 21 de marzo fui a mi cita de seguimiento en Valencia con mi ortodoncista, como parte del tratamiento de ortodoncia con Invisalign. Mientras me hacían la limpieza, la doctora notó que se me había caído un composite en uno de los incisivos inferiores. Ese composite cubría una carie que me habían tratado hace más de 20 años, así que ya estaba bastante antiguo.

El lunes siguiente, ya de vuelta en Porto, llamé al CEPI, donde normalmente me atienden tanto mi periodoncista como mi dentista de confianza, Tiago. Ya en el pasado él me había arreglado otro composite y todo fue perfecto. Pero esta vez, me dijeron que no atendían urgencias y que lo más pronto que Tiago me podía ver era el 10 de abril. El problema es que yo me iba de vacaciones a Ámsterdam la primera semana de abril y no quería irme con el huequito en el diente.

Así que, me puse a buscar una alternativa. Le pregunté al dueño del box de CrossFit si conocía algún dentista en el grupo, y me dijo que sí: una chica que entrena en el mismo horario que yo. La contacté, pero me dijo que no podía atenderme antes de mi viaje, aunque su hermana sí.

Fui entonces a la consulta con su hermana y fue un desastre. Apenas me senté, lo primero que me dijo fue que tenía mucha movilidad en los incisivos inferiores. Mi ortodoncista ya me lo había mencionado, explicándome que era completamente normal en el contexto del tratamiento Invisalign. Los dientes se están moviendo, así que algo de movilidad es de esperarse. Esta doctora me dijo que esa movilidad era la causa de mi recesión de encía.

Le expliqué que no, que esa recesión la tengo desde hace muchos años, que no ha avanzado, y que estoy en control con un periodoncista desde hace tiempo. De hecho, en los últimos dos años no ha habido ningún cambio. Pero no me sentí escuchada ni comprendida en absoluto.

Me dijo que no me podía garantizar cuánto me iba a durar el composite debido a la movilidad, lo cual no tiene absolutamente nada que ver. Me lo colocó en menos de cinco minutos, sin seguir la técnica correcta. Para comparar: Tiago, cuando me arregló otro composite en el pasado, tardó casi una hora porque lo hizo con detalle y precisión.

El composite se cayó a los tres días. Yo esperaba que durara por lo menos 2 o 3 años, incluso 5, que es lo que suele durar un composite “que dura poco”. Me quedé en shock. Diego me sugirió que la enfrentara y le pidiera que lo volviera a poner, pero sinceramente, ¿para qué? Si no confío en ella, no voy a correr el riesgo de que me dañe el diente. Así que terminé yéndome al viaje con el huequito en el diente, justamente lo que quería evitar.

Mantuve mi cita con Tiago el 10 de abril. Él me arregló el diente como debe ser. El composite se coloca por capas, secando cada una con la lámpara de calor, por eso se llama “composite estratificado”. Esta señora simplemente me puso un pegote como si fuera un chicle y colocó la luz sin que yo siquiera sintiera calor, lo cual ya me pareció rarísimo.

Perdí media hora para ir, media hora para volver, 45 euros del tratamiento, y sumé una experiencia más a mi lista de desastres dentales en Porto. Una dentista más que se suma a lo que tristemente ya parece ser la norma en esta ciudad: incompetencia e ignorancia.

Si algo he aprendido de esto, es que cuando tienes un buen profesional, que trabaja bien y que es honesto, lo mejor es esperar lo que tengas que esperar. No vale la pena buscar soluciones rápidas que al final resultan ser un desastre.

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